Esta semana, en un viaje chamánico que realicé para recuperar un fragmento del alma, me apareció un cangrejo…  un cangrejo que me hizo mirar atrás y recordar todos mis fracasos.

Fracasos que la luna llena me hace sentir aún más fuerte dejando salir todas las emociones asociadas a ellos… tristeza, frustración, desilusión, impotencia, sentimiento de incapacidad, de soledad, de cansancio, de pérdida… 

Pero el mensaje era claro, y para nada desmotivante, pues el cangrejo me mostraba como todos esos fracasos eran mi clave para poder avanzar ahora con más sabiduría, profesionalidad y confianza. 

Esos fracasos son mi aval de experiencias para poder construir ahora la experiencia que verdaderamente deseo y para poder comprender las experiencias de los demás, después de haber pasado la vivencia y haber aprendido sus lecciones.

Por eso, si esta luna llena te remueve, si afloran emociones que estaban estancadas y en su momento no pudiste digerir, es porque estás preparada para digerirlas ahora… porque ahora puedes comprender el aprendizaje profundo que traían consigo, porque ahora puedes utilizarlas como sabiduría interna para caminar tu propio sendero.

Hoy te propongo que miremos atrás unos segundos, como el cangrejo, y con una fuerte exhalación, demos las gracias por el camino transitado, llevándonos con nosotras la sabiduría generada y dejando atrás el sufrimiento para poder avanzar por el sendero que tú elijas dibujar. 

¡Feliz luna llena!